jueves, 28 de abril de 2016

Tiempo récord: 69 carabobeños por minuto firmaron contra Maduro


El camino hacia el referéndum revocatorio en Carabobo empezó con la firma de Basil Diamanti. Tiene 85 años y desde las 8:00 a.m. hacía cola. Fue el primero en levantarse de la silla plástica blanca cuando los activistas dieron el visto bueno. La recolección de firmas fue, como en todo el país, masiva. Y la convicción de Diamanti, única: “Esto se tiene que acabar”, dijo cuando se le preguntó ¿Por qué lo hacía?
Para las 2:05 p.m. en Carabobo ya se había recolectado casi la totalidad de firmas requeridas por el 1% del Registro Electoral (RE) de la región. Juan Miguel Matheus, diputado de la Asamblea Nacional por Primero Justicia, confirmó la noticia: 14 mil rúbricas en 3,2 horas. Significó que 69 carabobeños firmaron por minuto, más de cuatro mil 600 por hora. Se necesitaban 15 mil 479, y el récord se hizo en el primer día, en menos de la mitad del tiempo


Desde temprano había premura. La gente llegó al principal punto de recolección primero que los partidos. Cuando Un Nuevo Tiempo (UNT) terminaba de armar el primero de los toldos, a las 9:32 a.m., ya la gente estaba en la esquina del Tijerazo. Se comenzaron a formar las colas de tercera edad, votantes en el municipio y votantes que no fueran de Valencia. Marilyn Martino, diputada por Cuentas Claras, explicaba que las personas de municipios foráneos al punto de recolección tendrían sus planillas aparte para mayor organización. El sudor le caía por las mejillas, su gorra estaba húmeda por el trajín..



Pero había disfrute. Magaly Ávila lo suscribió. “Esta sí es una cola sabrosa, no como la de Jacqueline Farías”. A las 10:29, caminando desde la avenida Bolívar de Valencia hacia el Tijerazo, Pancho Pérez Lugo, dirigente de UNT, traía en sus manos por lo que muchos ya estaban aplaudiendo y pidiendo con impaciencia, “¡queremos firmar!”. Lugo alzaba las planillas diciendo: “Las tenemos”. Entonces comenzó el proceso. La firma de Diamanti se estampó a las 10:43 a.m.
También hubo lágrimas. Ávlia es docente jubilada. No encuentra las pastillas para su hipertensión hace dos meses. Contaba a El Carabobeño que mientras firmaba, su hijo estaba en Caracas. Otro que estaba haciendo el tan famoso trámite de apostillar el título: tiene pensado irse del país. La mujer lo contaba con lágrimas. “Esto no se soporta, mi hijo se va porque no hay futuro para mi nieta. ¿Quieres más motivos para firmar?”.
La gente tuvo que firmar dos planillas. Una con el membrete del Consejo Nacional Electoral (CNE). Otra para el control interno de los partidos, en este caso de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). En la primera los recaudos de forma que pedía el Poder Electoral: nombre, apellido, cédula de identidad, domicilio, firma y huella dactilar. En la segunda otros datos como teléfono y correo electrónico. “Le estamos jugando adelantado al CNE”, explicaba una de las voluntarias. Porque cuando se inicie la fase 2 del revocatorio, es decir, recoger el 20% del RE, los firmantes ya estarían ubicados para autenticar sus firmas. Recoger firmas de nuevo sería más sencillo.
Fuente:El Carabobeño

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