Lewis Hamilton ha vuelto a ganar en el Gran Premio
de Hungría, uno de sus circuitos favoritos, y además de colocarse líder
del Mundial ha vuelto a demostrar que hoy por hoy está más en forma que
su compañero Nico Rosberg.
El piloto alemán lo ha intentado durante toda la carrera, rodando con
diferencias en torno a un segundo, pero con la sensación que era
Hamilton el que decidía cuánto y cuándo debía acercarse su compañero.
Una sensación de control total de la carrera que asusta, porque no
sabemos cuánto rendimiento se ha guardado Hamilton en su coche, que ha
sido muy rápido pero con una gestión de los neumáticos muy buena. Para
darnos una idea de lo que decimos, un dato: Hamilton tiene tantas
victorias como podios tiene Rosberg y ahora, seis puntos más en la
clasificación general.
Comenzaba la carrera con la seguridad, viendo los entrenamientos y la clasificación, de que los Red Bull iban a plantar cara a los Mercedes. Lo han intentado, en la salida, situándose Daniel Ricciardo
entre los Mercedes, incluso estuvieron a punto de ponerle las cosas
difíciles a Rosberg con un cambio de neumáticos que ponía cerca a
Ricciardo, pero ni el australiano ni su compañero Max Verstappen pudieron dar caza a las flechas plateadas cuando decidieron apretar de verdad. Y mientras esto sucedía, los Ferrari de Sebastian Vettel y Kimi Raikkonen estaban al acecho.
Las estrategias, protagonistas
Ferrari y Red Bull han
protagonizado la batalla más interesante de la carrera. Las paradas para
el cambio de neumáticos han servido a los equipos para cambiar las
posiciones de sus pilotos, visto que Hungaroring es uno de los circuitos
donde es más difícil adelantar. Los equipos de cabeza son los que mejor
han jugado sus bazas, con algunas acciones estratégicas maestras. Así
fue como Ferrari le ponía la cara colorada a Red Bull, colocando a
Vettel tercero por delante de Ricciardo y a Raikkonen por delante de
Verstappen, todo en dos vueltas.
Pero los de Red Bull no se quedaban detrás, porque unas vueltas más
adelante le metían presión a Mercedes entrando en boxes y reduciendo la
distancia con Rosberg a menos de 23 segundos, el límite para que el
piloto alemán de Mercedes perdiera la segunda posición. Al final los
Mercedes comenzaron a empujar y aumentaron la ventana para protegerse
del ataque de Red Bull.
En ese momento comenzó la batalla más interesante de la carrera, con
Ricciardo atacando a Vettel (tercero y cuarto al final respectivamente) y
Raikkonen haciendo lo mismo con Verstappen, quedando el holandés quinto
y el finlandés sexto, que realizó varias maniobras en el borde de la
legalidad, desatando las iras de Raikkonen por radio.
Alonso, mejor que Sainz
La mejoría de McLaren es un hecho y coloca a Fernando Alonso
entre los mejores pilotos de los equipos de clase media. Hace unos
meses era inimaginable que Alonso estuviese con facilidad en la Q3 y
menos aún que acabara las carrera en séptima posición por delante de los
Force India,
Williams y Toro Rosso. Pero los hechos son rotundos y la mejoría del McLaren es más que evidente y eso es bueno para los espectadores.
La carrera comenzaba muy bien para Fernando Alonso, con una gran salida que le colocaba sexto al superar en la salida a Carlos Sainz, que pasaba de la sexta a la octava plaza, por detrás de Jenson Button.
Poco después Alonso veía como era imposible seguir el ritmo de Vettel y
se dedicó a mantener su posición y defenderse de los ataques de Sainz.
Por su parte, el piloto madrileño ha sufrido en diferentes fases de la
carrera de falta de grip, sobre todo con los neumáticos blandos y solo
al final de la carrera ha sido capaz de acercarse a Alonso con cierto
peligro, hasta que Alonso se ha puesto a marcar 1:25 bajos y ha
neutralizado cualquier intento de Sainz que ha finalizado octavo.
Fuente:Sportyou.com
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