Serena Williams es aún más leyenda en el mundo del tenis en
particular y del deporte en general. La estadounidense sigue haciendo
historia a sus 34 años. Ha revalidado corona en Wimbledon
derrotando en la final a la alemana Angelique Kerber por 7-5 y 6-3 en 1h.21’. Una lección de autoridad.
Séptima corona de Serena en Wimbledon (2002-03, 2009-10, 2012, 2015
-16) y por fin consigue llegar al récord profesional de la germana Steffi Graf de 22 títulos individual de Grand Slam, que le habían negado esta misma temporada la propia Kerber y Garbiñe Muguruza en las finales del Open de Australia y Roland Garros, respectivamente.
Son ya 71 victorias individuales profesionales de Serena, que más
tarde disputará la final de dobles junto a su hermana Venus. En Grand
Slam, un porcentaje de 22 títulos en 28 finales. Números para la
eternidad de una excelente competidora.
Y Serena se tomó la revancha de Melbourne. Con fe, acudiendo a
la red en cuanto podía. Y con el martillo de su saque a punto para
tomar ventaja y también resolver el único problema que ha afrontado. En
el segundo set, con 3-3, la única bola de ‘break’ en contra, que ha
resuelto con un ‘ace’.
Un año después la número uno mundial vuelve a reinar en Wimbledon y
en el Grand Slam. Ahora, a por los 24 títulos de la australiana Margaret Court, récord absoluto del tenis femenino. En Wimbledon, empate a 7 con Graf, con los 9 de Martina Navratilova como listón.
Kerber, 28 años y que arrebata el número dos mundial a Garbiñe
Muguruza, resistió como una guerra, pero debió rendirse a la fuerza y
determinación de Serena. La gloria y también un talón de 2 millones de libras unos 2,3 ‘kilos’ de euros.
En la hierba londinense ha vuelto a mostrar su potencia desbordante: 13 ‘aces’, 39 golpes ganadores y 21 errores no forzados.
Pura agresividad contra la mayor consistencia de Kerber, ningún ‘ace’ y
12 golpes ganadores y 9 errores no forzados. Estilos antagónicos.
Fuente: Mundo Deportivo
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