El brasileño Thiago Braz da Silva, de 22 años, llegaba a los Juegos de Río con una marca personal de 5,92. Y se fue del estadio Joao Havelange con un pase de 6,03 para el club de los seis metros
y con un valiosísimo oro olímpico por delante del francés Renaud
Lavillenie, plusmarquista mundial y defensor del título. El mejor día de
la vida de este joven al que el público jaleaba como un héroe. “Thiago, thiago, thiago...”, sonaba de manera atronadora.
Da Silva, de Sao Paulo y campeón mundial júnior en 2012, se convirtió así en el tercer brasileño que gana un oro en atletismo en unos Juegos
(el último fue Joaquim Cruz en 1984). En Río, en la prueba que finalizó
la jornada de ayer, contó con el factor cancha. Tal vez demasiado,
porque llegaron a pitar al francés, algo poco deportivo y poco habitual en atletismo.
El delirio llegó cuando Lavillenie falló la segunda tentativa sobre 6,03 y Thiago pasó el listón. El plusmarquista mundial se vio obligado a hacer un único intento sobre 6,08, que falló, mosqueado con la afición, que siguió gritando acaloradamente: “Thiago, Thiago”. El héroe de Brasil en Río ha llegado. Y salta pértiga. Muy alto.
Fuente: As.com
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