sábado, 7 de mayo de 2016

Crisis de salud agobia a padres y representantes del J.M. de los Ríos


Caracas.- Mercedes Flores, madre de un pequeño hospitalizado en el J.M. de los Ríos, se resiste a la crisis de salud. Cada vez que puede, relata, trepa el árbol de tamarindo que aún conserva en su casa y toma parte de sus frutos para venderlos. Admite que es una práctica desesperada de una madre, que acechada por la angustia, pretende cubrir parte del tratamiento de su niño. El pequeño tiene cirrosis hepática y sus días están contados. Está gravemente enfermo. 

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"Estoy angustiada. No sé qué hacer, necesito que alguien me diga a quién puedo acudir para pedir los medicamentos que requiere mi hijo", dice. Se niega a ser testigo de su muerte. Y pide al Ministerio de Salud una solución que le devuelva con celeridad la esperanza de vida.

“Atravesamos una crisis que nos roba la esperanza de ver crecer a nuestros niños. Ellos son el futuro de un país que hoy está en decadencia, pero que aún cuenta con la voluntad de quienes trabajan en este hospital por un mejor futuro”, dice Ángel Martínez, residente del centro pediátrico.

Esta semana, médicos, enfermeras, paciente y representantes de esa institución han tomado la calle por lo menos cinco veces para exigir con urgencia la reposición de insumos. “Necesitamos de todo, es imposible priorizar insumos en un hospital donde no tenemos para nebulizar, calmar un dolor o auxiliar a un niño”, coincidieron médicos en la protesta de esta mañana.

Augusto Pereira, jefe del servicio de Oncología, asegura que la situación con los pacientes oncológicos no ha mejorado. Indicó que escasean 25 drogas. Actualmente 130 pacientes cumplen su tratamiento de quimioterapia en esa institución. Pero a esa crisis se le suma un nuevo conflicto: peligra la alimentación de los niños por la deuda que Mantiene el Ministerio de Salud con la compañía encargada de proveer alimentos. Desde hace al menos 10 meses el Gobierno adeuda los recursos a la compañía Suministros Diversos, que tiene al menos una década prestando servicio en la institución.

A ese problema las autoridades sanitarias han respondido con un planteamiento: delegar en el Hospital Vargas la elaboración de los alimentos para los pequeños. Una medida que fue aplicada temporalmente en la Maternidad Concepción Palacios por causas similares. Las cocinas de ambas instituciones presentan problemas de infraestrcutura y servicios básicos. Y no cuentan con el personal ni la partida presupuestaria para alimentar a los enfermos que permanecen recluidos. 

Fuente: El Universal

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