domingo, 15 de mayo de 2016

En Venezuela hasta la educación va en “caída”


La señora Adela ya no halla qué hacer. Aparte de las interminables colas que realiza para conseguir alimentos, ahora le preocupa el rendimiento escolar de sus dos hijos. El de 11 años está en sexto grado y el segundo en cuarto. Y es que desde que el gobierno decretó suspensión de clases por el problema de racionamiento energético, ya los niños han perdido muchas clases y le preocupa más el mayor porque va para la secundaria. “Irá con muchas deficiencias, porque prácticamente ha perdido gran contenido del tercer lapso”.

No es para menos. El caso de Adela no es exclusivo, forma parte de la historia de los 8 ocho millones de alumnos que están en riesgo de perder el año escolar, a causa de las medidas del Ejecutivo,  por la suspensión de clases ante la excusa del problema energético. Medidas que estos dos últimos viernes además de las instituciones públicas, también incluye a las privadas.

Lo peligroso: Se estaría perdiendo el 40% de los contenidos que corresponden al tercer lapso del año escolar 2015-2016, según ha denunciado Adelba Taffin, miembro del Movimiento Padres Organizados de Venezuela.

Además, se estaría violando el derecho a la educación, contemplado en el artículo 102 de la Constitución. De acuerdo con las cuentas de Taffin: Solo faltan 40 días de clases y con la suspensión los días viernes sumados a los días de racionamiento eléctrico ordinario del país se están perdiendo en promedio unas 14 horas de clase a la semana en las escuelas oficiales. Significa que el contenido y la formación académica del año que estén cursando no van a ser impartidos adecuadamente como consecuencia de estos racionamientos y suspensiones, explicó.

A propósito del anuncio de la medida de prórroga, este martes 25 organizaciones no gubernamentales vinculadas con la defensa al derecho a la educación introdujeron un documento ante el Ministerio de Educación mediante el cual exigen al Gobierno Nacional el cese inmediato de la destrucción del derecho a la educación.

Hacia la deserción escolar

Lo que está más en riesgo es la calidad de la formación de los jóvenes, analiza Auris Rivero, presidenta de la Federación Venezolana de Maestros Capítulo Carabobo. “La extensión de la suspensión de clases los viernes se traducirá en un bajo rendimiento de los alumnos y podría ser motivo de deserción escolar, porque aparte se suman los días de racionamiento eléctrico durante los cuales las actividades escolares son interrumpidas”.

Sobre los posibles reprogramaciones del calendario escolar anunciadas por el Ejecutivo, Rivero relató que -por experiencia propia- esas medidas nunca se efectúan, porque las clases culminan la primera semana de julio y luego vienen las vacaciones, y en ese periodo no es posible una reestructuración académica.

Formación educativa en riesgo

El Estado venezolano por mandato constitucional en su artículo 102, tiene la obligación de garantizar, proteger y promover el derecho a la educación y una educación de calidad para todos los subsistemas que comprenden el sistema educativo venezolano.

Adelba Taffin, vocera de la Organización No Gubernamental, señala que “los derechos de los niños y adolescentes tienen prioridad absoluta, de acuerdo con las convenciones internacionales suscritas por Venezuela y tal como está recogido en nuestra legislación, comenzando por la Lopna”.

El principio de prioridad absoluta obliga e implica diseñar una estrategia, dentro del plan de racionamiento eléctrico implementado por el Gobierno, que permita garantizar como prioridad, entre otros, el derecho a la educación de los niños y jóvenes. Y con base a esa estrategia, debieron haberse establecido medidas para abordar la crisis del sistema eléctrico, que garantizaran que la educación de los niños y adolescente no se viera afectada, agregó.

Pero, las medidas impuestas imposibilitan el cumplimiento de la carga horaria establecida por el mismo ente rector en el calendario escolar, lo que atenta contra la calidad educativa, y pone en riesgo el correcto desarrollo del tercer lapso, agravando aún más la crisis que aqueja a la educación venezolana.

A juicio de este movimiento, Padres Organizados de Venezuela, decretar oficialmente menos días de clases, representa un nuevo golpe a la educación, sometida a una serie de restricciones y vicisitudes derivadas del racionamiento por el que los centros educativos, al menos una mañana y dos tardes a la semana no cuentan con el servicio eléctrico. Y en consecuencia, muchos estudiantes son enviados a sus hogares sin haberse cumplido la programación académica ni las actividades extracurriculares.

O en el mejor de los casos, permanecen en los centros educativos pero sin poder adelantar en los contenidos de las materias. Otro agravante, que ya desde hace cuatro años se mantiene es la falta de profesores de materias como Química, Física y Matemáticas. “Incluso en algunos liceos no dan ni Biología. Lo que hacen es que se promedia la nota de las otras materias que sí se dan”.

Además, citan que se está produciendo un deterioro acelerado de la infraestructura, especialmente en las escuelas oficiales, y que en algunas regiones es inadecuada o insuficiente. Aparte de la falta de profesores en distintas materias, así como de materiales y equipos. Por todo ello, no pueden ser invisibles para el país, ni irrelevantes para el ente a quién corresponde la obligación de garantizar el derecho a la educación en Venezuela. Les parece un contrasentido que funcionarios de la Zona Educativa vigilen a los centros educativos para obligarlos a no dictar clases los días viernes, porque de lo contrario podrían recibir sanciones, pero a la vez el gobierno nacional obliga a las empresas e industrias que no cuentan con materia prima a mantenerse con las puertas abiertas y en actividad.

-Un pupitre vacío es un niño a merced del ocio, las drogas y la violencia, y las consecuencias del daño que se le hace al país no se verá inmediatamente sino a futuro y lamentablemente, no es reversible”, advierten.

Fuente: El Carabobeño

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