sábado, 21 de mayo de 2016

¿Por qué no prospera el diálogo en Venezuela?


Los intentos de diálogo entre el Gobierno y la oposición en Venezuela durante los últimos tres años han sido varios. Todos fracasaron. El último lo hizo el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero, quien, junto con el exmandatario panameño Martín Torrijos, anunció que las partes habían aceptado sentarse a conversar.
Aunque las dos partes coinciden en que el diálogo debe darse y se muestran dispuestas a ir a la mesa, esta iniciativa se anticipa difícil, casi imposible, pues aunque se les pidió a los dos sectores sentarse sin condiciones, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) no parece dispuesta a hablar con el gobierno chavista sin tener la certeza de la celebración del referendo revocatorio. El presidente, Nicolás Maduro, le dijo a la comisión de expresidentes que “haga que la oposición ceda en su actitud golpista”.
En marzo de 2014, en una reunión extraordinaria de los cancilleres de los 12 países que conforman la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), se acordó la primera comisión para abordar la crisis política que desde entonces complicaba a ese país. El diálogo se suspendió a las pocas semanas. “El problema en Venezuela es que las dos partes saben que deben sentarse a hablar, saben que la solución a todos los problemas obligatoriamente pasa por el diálogo, pero ninguna llega dispuesta a ceder”, explicó Emilio Márquez, analista en Caracas.
Incluso el papa Francisco promovió el diálogo, a través de su enviado especial. Cuando la oposición ganó las mayorías en la Asamblea Nacional, las propuestas de diálogo volvieron a surgir, pues se anticipaba que la convivencia entre los dos polos de la sociedad venezolana que han estado de espaldas el uno del otro desde que en 1999 empezó la era del chavismo se haría más difícil. Como está pasando.
“El camino será largo, duro y difícil”, aseguró Rodríguez Zapatero, quien confía en que pronto se establezca una agenda de negociación. Chile, Argentina y Uruguay formularon “un urgente llamado a un efectivo diálogo político”.
Un diálogo que se inicia con ejercicios militares. Desde ayer, más de medio millón de militares y milicianos iniciaron dos días de ejercicios de defensa en una Venezuela bajo estado de excepción. Maduro ordenó a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) sacar la artillería y prepararse para enfrentar, según él, eventuales agresiones externas. Lo mismo se hizo cuando el presidente Barack Obama declarara en marzo de 2015 a Venezuela como una “amenaza” a la seguridad de Estados Unidos. No obstante, esta vez Maduro decidió que a los efectivos de la FANB se sumen cientos de miles de reservistas y milicianos, algo “sin precedentes”, según el ministro de Defensa, general Vladimir Padrino López.

El Espectador l Colombia

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