1. Tres finales, un elogio
Han sido mezquinos el periodismo y la afición argentina con su selección. Llegar a tres finales en dos años es un mérito inmenso pero también puede leerse de manera negativa: que se han perdido dos finales y que del segundo nadie se acuerda. Pero eso sería injusto: una final del mundo perdida en el minuto 113 y una Copa América esfumada tras unos penaltis ante el local en su estadio son mucho castigo para la que es una de las mejores selecciones del mundo en los últimos años. Los detalles definen los partidos y al final el que levanta el trofeo es el que se lleva los elogios. Pero sería injusto no admirar a los argentinos, que se meten en su tercera final en dos años. Es verdad que no lo han conseguido desplegando el mejor fútbol del mundo, pero ahí estuvieron, y ahí están. Hay que ser ciegos para negar el mérito. O muy mezquinos. Este domingo puede llegar la revancha. La tercera podría ser la vencida. En los pies de Lionel está el destino.
2. Los dos mejores, a la final
No es extraño que suceda que los dos equipos que llegan a la final de un torneo no son necesariamente los mejores. Pasó en la Copa América del 2011, cuando Paraguay llegó a la cita cumbre ante Uruguay ¡sin ganar un solo partido! Todos fueron empates y los penaltis estuvieron del lado guaraní. Felizmente, en esta ocasión no ha sido así. Tanto Argentina y Chile han ido de menos a más y se han convertido en los dos mejores equipos del certamen. La Roja le metió siete goles a México, uno de los favoritos, y Pizzi parece librarse poco a poco del fantasma de Sampaoli. Argentina aplastó a los locales, liderada por un inmenso Messi. Méritos de sobra para encontrarse en Nueva Jersey y darnos un buen espectáculo.
3. Messi, incomparable
No se le puede comparar con Maradona: es injusto para ambos, de épocas distintas y en realidades muy diferentes. Tampoco con los demás jugadores de la actualidad. Como dijo Batistuta, “me enfadaría si un ser humano me hubiera arrebatado el récord, pero lo hizo un extraterrestre”. Messi no es de este mundo. Apenas estuvo recuperado, o semi recuperado, pasó por encima de todos los equipos que le enfrentaron, casi ridiculizándolos. Tres goles en veinte minutos, un tiro libre de antología, una marca histórica batida... No se le puede pedir mucho más. Si hace una buena final, su actuación en la Copa América habrá sido histórica. Aunque si no tiene su mejor noche… también.
4. La Conmebol reina
Cuando se habla por fin de unir el fútbol de América en una competencia permanente y no sólo en el aniversario de la Copa América, una realidad esperada se ha materializado: los equipos de la Conmebol son mucho mejores que los de la Concacaf. Se ha dicho siempre que la eliminatoria sudamericana es la más difícil del mundo, y sobre todo mucho más complicada que la de Centro y Norteamérica. Y no faltaba razón. Por más que se jugó en el norte, donde México y Estados Unidos son locales, Sudamérica ha pasado por encima de los demás. Costa Rica, Jamaica, Panamá, Haití, Estados Unidos y México se han ido por la puerta falsa. Goleadas, papelones, abucheos: muy mal balance para la Concacaf. Se tendrán que poner las pilas, porque están muy, muy lejos del nivel de sus vecinos del sur.
5. México, un homenaje a la irregularidad
El Tri ha mostrado dos caras opuestas: la de un equipo ordenado y solvente tácticamente, difícil de prevenir y de detener, y, sólo unos días después, la de un cuadro sin alma, lento, desordenado, frágil. Es imperdonable que hayan encajado siete goles de locales ante un Chile que sigue sin ser la máquina comandada por Sampaoli. Es increíble que no hayan sido capaces de levantar la cabeza y detener la sangría. En cierta media, la responsabilidad es de Osorio, pero los líderes dentro del campo tampoco estuvieron a la altura. Vimos dos Méxicos, pero lamentablemente el que quedará en el recuerdo es el del papelón.
6. Estados Unidos: mucho camino por recorrer
Según la Federación de los Estados Unidos, esta tendría que haber sido la competencia de la consagración para el Team USA. Jugaban en casa, tenían un equipo bastante sólido y un técnico inteligente y experimentado. Pero en ningún momento parecieron estar cerca del título. La prensa estadounidense daba por favorita a su selección frente a Argentina, y nada más lejos de lo que sucedió. La albiceleste pasó por encima de los norteamericanos, devolviéndolos a su realidad: la de un equipo que puede ser sólido, pero que acusa una falta de talento muy grande. Todavía falta mucho para que EE.UU. sea una potencia a nivel continental.
7. Colombia, de más a menos
A diferencia de Chile y Argentina, Colombia fue de más a menos en la Copa América. Hizo una primera fase interesante, en la que casi no se despeinó, pero su rendimiento a partir de cuartos fue muy flojo. Ante Perú remató dos veces a puerta y no generó ningún peligro. Y ayer, ante Chile, lució desordenada y muy frágil en defensa, además de mostrar a un James muy desconectado del equipo. Salvo un par de buenas noticias como los rendimientos de Daniel Torres y Sebastián Pérez, el balance cafetero es negativo. Toca replantear algunas cosas pensando en las eliminatorias, que se reanudan en setiembre.
8. Venezuela y Perú tienen derecho a ilusionarse
Por historia reciente, siguen siendo, junto a Bolivia, los equipos más débiles de la Conmebol. Sin embargo, tanto Perú como Venezuela vienen creciendo, sobre todo en la Copa América. La vinotinto ha mostrado una nueva cara tras el nombramiento de Dudamel como seleccionador, mientras que la blanquirroja ha dejado claro que las alternativas a los jugadores más consagrados son muy válidas. Ambas plantillas son jóvenes y han demostrado que el trabajo en equipo puede equiparar el talento individual de los gigantes. Hay material para ilusionarse.
9. Sin Suárez, Uruguay es un equipo del montón
El talento casi sobrenatural del delantero del Barcelona ha ido maquillando, en estos últimos dos o tres años, la mezquindad táctica de Tabárez. Con cierto temor a aplicar un recambio generacional muy necesario, el Maestro cuenta con casi la misma columna vertebral que llegó a las semifinales de Sudáfrica. Sin Suárez, Uruguay ha sido un equipo muy flojito en esta Copa América, de la que se fueron eliminados en un grupo bastante accesible. Cavani no consiguió tirar de su equipo, ni tampoco le ayudaron sus acompañantes en ataque. Cuando se recupere el Pichichi de la Liga, los problemas volverán a difuminarse, pero seguirán estando allí.
10. Brasil debe cambiar, y mucho
Ya hablamos del papelón que protagonizó Brasil en esta Copa América, abandonando la competición por la puerta falsa, en la fase de grupos y casi sin dignidad. Por suerte para la torcida brasileña, Dunga asumió la responsabilidad y la CBF lo cesó. Ahora, con Tite a cargo del equipo mayor, la canarinha tendrá que cambiar muchísimo, en todos los aspectos. Se esperan los retornos de Thiago Silva y Marcelo y que el ex técnico del Corinthians le dé más protagonismo a los jugones que la rompen en Europa. Se vienen los Juegos Olímpicos (en los que Tite no dirigirá), una oportunidad para mostrar que hay material para el futuro. Y luego las eliminatorias, en las que Brasil no está aún en puestos de clasificación.
Fuente: As.com
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