La entrada de Messi al césped modificó todas los pensamientos que tenían los cronistas del encuentro entre los argentinos y Panamá. Porque el ritmo del encuentro se modificó cuando el 10 ingresó. Es verdad que no cambió la tendencia del resultado -ya ganaba Argentina por 1-0-, pero sí cambio la simbiosis de que lo que puede producir en el rival un jugador de su nivel. Hasta su ingreso, en el minuto 61, los 'canaleros' hacían lo posible para mantenerse vivos en el partido con un jugador menos -fue expulsado Godoy en la primera parte-, pero fueron incapaces de parar el fútbol que destila esa bota izquierda del rosarino.
La historia del 'otro' partido mostró a Panamá como una selección que arriesgó tras encajar el gol de Otamendi. Tuvieron sus aproximaciones y estuvieron cerca de empatar, pero la imprudencia de Godoy los condicionó totalmente. La siguiente historia del encuentro lo marcó la puesta en escena de Messi sobre el césped del Soldier Field.
La valentía que demostró Panamá le valió para poner en ciertos aprietos a Argentina en la primera mitad, a pesar de que los sudamericanos rápidamente se habían puesto en ventaja. Pero los los del 'Bolillo' Gómez fueron inteligentes para y supieron que sus opciones pasaban por cortar la circulación del balón de su rival para aislar a Pinedo de los peligros que podía ocasionarle su rival si le dejaban que manejase el cuero.
Esa situación permitió que los 'canaleros' jugasen muy cerca de Romero y a los argentinos se les veía incómodos porque era un planteamiento no estaba en los planes.
Aunque el suspiro y el alivio para la 'albiceleste' llegó con la infaltil segunda amarilla que recibió Godoy, tras el puñetazo que le pegó a Gaitán. A partir de ese momento, Argentina volvíó a tener un respiro y comenzaba a suspirar un aire fresco y dejaba atrás los agobios. Argentina sólo dependía exclusivamente de lo que hiciera Banega. Cuando el balón se alejaba de sus botas, la selección de Martino se volvía opaca y deslucida.
La segunda mitad pasó a tener otra historia cuando Messi pisó el césped sustituyendo a Augusto Fernández. Un cambio tan abismal en la calidad de ambos jugadores que la diferencia en el desarrollo se estiró aún más con la sólo presencia del 10 dentro del campo. Una demostración de ello es el ambiente que bajaba de las gradas cuando el rosarino ingresó.
Sólo seis minutos tardó Leo para estrenarse en el marcador. Lo hizo tras recibir una 'asistencia' de Higuaín -un rechace de la defensa le dio en la cara- y definió con la sutileza y la calidad que nos tiene acostumbrados. En ese instante, se veía en una supuesta imaginación que Panamá arrojara la toalla, pero el 10 quería más.
Un arañazo de Gómez sobre su cuello permitió que le quedara una falta en la posición que mejor domina. Perfilado para su bota izquierda, levantó el cuero por sobre la barrera y la depositó en el ángulo izquierdo de un Pinedo que se tiró en vano. El tercero fue la consecuencia, una vez más, de su innata calidad, regate a Baloy en una baldosa y definición de zurda.
Si esta crónica no hace más referencias a otros nombres argentinos es porque la actuación del 10 opacó cualquier otras menciones. Pasada su lesión en aquel amistoso ante Honduras, Argentina puede respirar tranquila y pensar ya en los cuartos.
Fuente: Marca.com
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