El Real Madrid lo volvió a hacer una vez más. Se levantó en su entierro
en el minuto 92:34 con un gol de cabeza de Sergio Ramos para empatar 2-2
ante un Sevilla que no se lo podía creer. Tenía la Supercopa de Europa
ganada tras remontar un golazo de Asensio por mediación de Vázquez y
Konoplyanka, pero la terminó perdiendo en la prórroga. El ejecutor fue
Dani Carvajal, que coronó su gran final con su mejor gol. Recuperación,
carrera y golazo. Otro título para los de Zidane y amargura para los de
Sampaoli en Trondheim.
El fútbol es caprichoso como pocos deportes. Todo es relativo hasta
que pita el árbitro. Los últimos minutos cambian la historia de equipos,
jugadores y aficionados. Que se lo pregunten a Sergio Ramos, un
especialista en caminar sobre el alambre. Apareció para salvar a su
equipo sobre la bocina después de haber cometido un penalti sobre Vitolo
que le iba a costar un título al Real Madrid. El ex sevillista tiene
siete vidas y se siente cómodo en el papel de El Renacido.
El
Sevilla llevó el límite a un Madrid verde, con bajas muy importantes en
su once titular. Zidane apostó por Kovacic y Asensio en detrimento de
Modric, Benzema o James. La confianza en el mallorquín se la devolvió
Asensio con un golazo espectacular en el minuto 21. Sin complejos, el
chaval soltó un zapatazo que se colo por la escuadra derecha de Sergio
Rico. Su tanto personificó su descaro. Tiente talento de sobra para
triunfar y del Madrid no le va a mover nadie.
El tanto fue contraproducente para el Real Madrid, que vio como el
nuevo Sevilla de Sampaoli iba creciendo en el partido. Sin Krychowiak,
Banega ni Gameiro en sus filas. Incorporando a los nuevos como Vietto,
Kiyotake y Franco Vázquez. El campeón de la Europa League recurrió a su
genética ganadora para plantar cara al campeón de Europa. En el 40', el
'Mudo' castigó la excesiva contemplación de la zaga blanca para hacer el
1-1 con un remate que iba buscando el poste.
Tras el descanso, el
Madrid no encontró la forma de meter mano a un Sevilla ordenado, que
sabía que iba a tener su oportunidad de cazar alguna tarde o temprano.
Su oportunidad para ganar la Supercopa de Europa llegó en el 71', tras
un penalti de Ramos a Vitolo que transformó Konoplyanka con parsimonia
en el 1-2. Una estocada a la que le faltó la puntilla para abrir la
puerta grande.
Cuando más pesaban las piernas, a poco más de un
minuto para que el árbitro pitase el final, Lucas Vázquez se sacó de la
chistera un balón bombeado que sobrepasó a Rico. Detrás estaba Ramos, al
que la intuición le volvió a llevar a estar en el sitio adecuado en el
momento justo. Otro gol salvador y partido a la prórroga.
Las
malas noticias para el Sevilla no se iban a terminar ahí. Nada más
comenzar el tiempo extra, Kolo veía la segunda amarilla y dejaba a su
equipo con diez, con casi media hora por delante para sufrir. La
inferioridad numérica se notó, con el Madrid encerrando a un rival que
veía en los penaltis una ventana a la esperanza.
Aguantaron como
jabatos los de Sampaoli, sujetados por un gran Sergio Rico que evitó los
tantos de Lucas Vázquez y James antes del minuto 119. Fue entonces
cuando apareció como un ángel blanco Carvajal por su banda derecha.
Recuperó el balón, enfiló la portería con las pocas fuerzas que le
quedaban tras un partidazo y la cruzó con un remate de exterior para la
foto. Para ganar hay que saber sufrir.
Fuente: Marca.com
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