lunes, 8 de agosto de 2016

Michael Phelps agranda su leyenda con su 19ª oro olímpico


Le acompañaban sus auriculares y esa mirada perdida, de concentración, que parece que en vez de entrar a una piscina vaya a iniciar el camino al cuadrilátero. No le faltó la toalla al cuello, pero Michael Phelps no es de los que la tiran, ni en su vida ni en la natación. Así arrancó, con esa fotografía, la vuelta del gran nadador de todos los tiempos a su mejor escenario, los Juegos Olímpicos: los ha pisado cinco veces y nadie ha triunfado más que él. 
La noticia es que Phelps sigue ganando, con 31 años y después de haber vivido un ciclo olímpico tumultuoso. Su oro representa la vigesimotercera medalla y la decimonovena de oro. Y más importante aún, deja claro que en Río veremos al Phelps de siempre. Puede alcanzar los 28 metales olímpicos.

El relevo 4x100 libre de Estados Unidos se quitó la espina de la decepción de Londres 2012, cuando Francia le desposeyó del oro en una última posta magnífica de Yannick Agnel, ahora venido a menos. Pero Francia ha perdido a ese nadador que le ayudaba a marcar la diferencia y los americanos han ganado al de Baltimore, ovacionado por la piscina de Río, ídolo de masas, el hombre que realizó la tercera mejor parcial de los competidores (47.12), motivado y con la victoria entre ceja y ceja. Solo le superaron el velocista australiano y favorito al oro en los 100 libre, Mcevoy (47.00), y el francés Stravius (47.11).

Dressel situó a Estados Unidos en cabeza en el primer relevo, y saltó al agua Phelps ante el griterío de la gente. Al estadounidense se le siguen identificando por sus virtudes: esos subacuáticos que le hacen avanzar más rápido que el resto de nadadores y ese nado que no pierde velocidad. Fue el Phelps de las mejores ocasiones, que le dio una ventaja a Estados Unidos que pudo mantener Held y Nathan Adrian, pese a que el francés Stravius le obligó a sacar lo mejor de sí mismo. El equipo de Phelps marcó 3:09.92, mientras que Francia fue plata con 3:10.53 y Australia se llevó el bronce, que estuvo reñido (3:11.37).

Alzó los brazos el de Baltimore, con una sonrisa de oreja a oreja. Y la grada coreó le dedicó una ovación merecida, que le obligó a saludar a la gente. No será la primera de estos Juegos Olímpicos. El mejor de todos los tiempos lo sigue siendo. No solo por el oro, sino por su marca y por su seguridad nadando la prueba. Este lunes empieza su andadura individual con los 200 mariposa, otra prueba en la que se le escapó el oro en Londres y ahora quiere recuperarlo. Es Phelps. Capaz de todo.

Fuente:As.com

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