El secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, activó ayer la Carta Democrática para Venezuela, lo que puede llevar a su suspensión del organismo, por considerar que hay una "alteración del orden constitucional que afecta gravemente el orden democrático".
"La Secretaría General de la OEA considera que la crisis institucional de Venezuela demanda cambios inmediatos en las acciones del Poder Ejecutivo (...) a riesgo de caer en forma inmediata en una situación de ilegitimidad", concluyó Almagro en un informe de 132 páginas
El ex canciller uruguayo (2010-2015) sustenta el diagnóstico en las denuncias que le presentó en las últimas semanas la Asamblea Nacional de Venezuela, de mayoría opositora, y en sus propias conclusiones explicadas exhaustivamente en el extenso documento elaborado por él mismo.
Así, recurre al artículo 20 de la Carta para "solicitar la convocatoria de un Consejo Permanente de los Estados miembros entre el 10 y el 20 de junio de 2016", fechas que coinciden en parte con la Asamblea General, en la que participan los cancilleres y que se celebrará entre el 13 y el 15 de junio en Santo Domingo, República Dominicana.
Almagro se convierte de este modo en el primer titular de la OEA en activar la Carta a un Estado miembro contra la voluntad de su gobierno y lo hace amparándose en el artículo 20, que autoriza al secretario general o a cualquier Estado a pedir la convocatoria inmediata del Consejo cuando en un país "se produzca una alteración del orden constitucional que afecte gravemente su orden democrático".
"La continuidad de las violaciones de la Constitución, especialmente en lo que se refiere al equilibrio de poderes, funcionamiento e integración del Poder Judicial, violaciones de derechos humanos, procedimiento para el referéndum revocatorio y su falta de capacidad de respuesta con respecto a la grave crisis humanitaria que vive el país lo cual afecta el pleno goce de los derechos sociales de la población", argumenta Almagro en su informe. "Todo ello implica que la responsabilidad de la comunidad hemisférica es asumir el compromiso de seguir adelante con el procedimiento del artículo 20 de una manera progresiva y gradual que no descarte ninguna hipótesis de resolución, ni las más constructivas ni las más severas", dice.
Con este paso sin precedentes en la OEA se abre un proceso de reuniones y votaciones que pueden tener como consecuencia desde resoluciones o gestiones diplomáticas hasta la eventual suspensión de Venezuela como miembro del foro regional, para lo cual es necesario el voto de dos tercios de los cancilleres y que solo ocurrió tras el golpe de Estado de Honduras en 2009.
En la práctica, la suspensión implica que el país deja de participar en todas las actividades y en los programas del organismo como los de anticorrupción, seguridad y promoción de derechos.
La urgencia con la que Almagro hizo este anuncio llegó después de que la misión de Argentina en la OEA solicitó, el lunes a última hora, una reunión del Consejo Permanente para abordar hoy la situación venezolana y consensuar una declaración al respecto.
Argentina y un grupo notable de países en la OEA buscan una manera de actuar en el caso venezolano que sea más conciliadora que la activación de la Carta Democrática, proceso por el que ha apostado Almagro de manera personal pese a las reticencias de la mayoría de los Estados miembros.
La Carta Democrática es un recurso muy sensible no solo porque su última consecuencia es la suspensión de la OEA, sino también porque hasta ahora siempre se ha aplicado por solicitud o al menos con autorización del Estado afectado, salvo en el caso de Honduras de 2009 por no haber gobierno legítimo en el poder.
La misión de Venezuela en el foro hemisférico alega que Almagro no puede aplicar la Carta porque eso solo puede hacerse cuando "un Estado lo pide o lo autoriza a otros Estados" o cuando "no hay gobierno legítimo tras un golpe de Estado". Esos son los supuestos por los que se había recurrido la Carta hasta ahora: porque el propio Estado ha pedido la asistencia de la organización (artículo 17) o porque un grupo de Estados ofreció ayuda a un tercero y este la aceptó (artículo 18) o "al producirse una ruptura del orden democrático" (artículo 19), el que se usó tras el golpe de Estado de Honduras. Sin embargo, el artículo al que ha recurrido Almagro es el 20, que nunca se ha aplicado y que autoriza al secretario general o a cualquier Estado miembro a pedir la convocatoria inmediata del Consejo Permanente cuando en un país de la organización "se produzca una alteración del orden constitucional que afecte gravemente su orden democrático".
"La Secretaría General de la OEA considera que la crisis institucional de Venezuela demanda cambios inmediatos en las acciones del Poder Ejecutivo (...) a riesgo de caer en forma inmediata en una situación de ilegitimidad", concluyó Almagro en un informe de 132 páginas
El ex canciller uruguayo (2010-2015) sustenta el diagnóstico en las denuncias que le presentó en las últimas semanas la Asamblea Nacional de Venezuela, de mayoría opositora, y en sus propias conclusiones explicadas exhaustivamente en el extenso documento elaborado por él mismo.
Así, recurre al artículo 20 de la Carta para "solicitar la convocatoria de un Consejo Permanente de los Estados miembros entre el 10 y el 20 de junio de 2016", fechas que coinciden en parte con la Asamblea General, en la que participan los cancilleres y que se celebrará entre el 13 y el 15 de junio en Santo Domingo, República Dominicana.
Almagro se convierte de este modo en el primer titular de la OEA en activar la Carta a un Estado miembro contra la voluntad de su gobierno y lo hace amparándose en el artículo 20, que autoriza al secretario general o a cualquier Estado a pedir la convocatoria inmediata del Consejo cuando en un país "se produzca una alteración del orden constitucional que afecte gravemente su orden democrático".
"La continuidad de las violaciones de la Constitución, especialmente en lo que se refiere al equilibrio de poderes, funcionamiento e integración del Poder Judicial, violaciones de derechos humanos, procedimiento para el referéndum revocatorio y su falta de capacidad de respuesta con respecto a la grave crisis humanitaria que vive el país lo cual afecta el pleno goce de los derechos sociales de la población", argumenta Almagro en su informe. "Todo ello implica que la responsabilidad de la comunidad hemisférica es asumir el compromiso de seguir adelante con el procedimiento del artículo 20 de una manera progresiva y gradual que no descarte ninguna hipótesis de resolución, ni las más constructivas ni las más severas", dice.
Con este paso sin precedentes en la OEA se abre un proceso de reuniones y votaciones que pueden tener como consecuencia desde resoluciones o gestiones diplomáticas hasta la eventual suspensión de Venezuela como miembro del foro regional, para lo cual es necesario el voto de dos tercios de los cancilleres y que solo ocurrió tras el golpe de Estado de Honduras en 2009.
En la práctica, la suspensión implica que el país deja de participar en todas las actividades y en los programas del organismo como los de anticorrupción, seguridad y promoción de derechos.
La urgencia con la que Almagro hizo este anuncio llegó después de que la misión de Argentina en la OEA solicitó, el lunes a última hora, una reunión del Consejo Permanente para abordar hoy la situación venezolana y consensuar una declaración al respecto.
Argentina y un grupo notable de países en la OEA buscan una manera de actuar en el caso venezolano que sea más conciliadora que la activación de la Carta Democrática, proceso por el que ha apostado Almagro de manera personal pese a las reticencias de la mayoría de los Estados miembros.
La Carta Democrática es un recurso muy sensible no solo porque su última consecuencia es la suspensión de la OEA, sino también porque hasta ahora siempre se ha aplicado por solicitud o al menos con autorización del Estado afectado, salvo en el caso de Honduras de 2009 por no haber gobierno legítimo en el poder.
La misión de Venezuela en el foro hemisférico alega que Almagro no puede aplicar la Carta porque eso solo puede hacerse cuando "un Estado lo pide o lo autoriza a otros Estados" o cuando "no hay gobierno legítimo tras un golpe de Estado". Esos son los supuestos por los que se había recurrido la Carta hasta ahora: porque el propio Estado ha pedido la asistencia de la organización (artículo 17) o porque un grupo de Estados ofreció ayuda a un tercero y este la aceptó (artículo 18) o "al producirse una ruptura del orden democrático" (artículo 19), el que se usó tras el golpe de Estado de Honduras. Sin embargo, el artículo al que ha recurrido Almagro es el 20, que nunca se ha aplicado y que autoriza al secretario general o a cualquier Estado miembro a pedir la convocatoria inmediata del Consejo Permanente cuando en un país de la organización "se produzca una alteración del orden constitucional que afecte gravemente su orden democrático".
Reacciones internacionales
Paraguay. El canciller Eladio Loizaga aseguró que su país acompañará la solicitud del secretario de la OEA, Luis Almagro, de invocar la Carta Democrática Interamericana para Venezuela. También expresó su "disconformidad" con la actuación del secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas, Ernesto Samper, con respecto a la crisis venezolana. Declaró que comunicará a Samper el desacuerdo de Paraguay con su viaje a Venezuela para impulsar el diálogo entre el gobierno y la oposición, la cual no fue consultada con los cancilleres de los Estados miembros de Unasur.
Colombia. La ministra de Relaciones Exteriores, María Ángela Holguín, opinó que los venezolanos deben encontrar sus propias soluciones a la crisis, en referencia a la activación de la Carta Democrática. "Creemos en el diálogo entre venezolanos y los instrumentos que la Constitución venezolana tiene como es el caso del referéndum revocatorio".
Aseguró que los países miembros de la OEA deben "estudiar" y "mirar" la situación. En mayo pasado, la Cancillería de Colombia respaldó las gestiones de los ex presidentes de España y Panamá José Luis Rodríguez Zapatero y Manuel Torrijos, para promover el diálogo.
Chile. El canciller Heraldo Muñoz aseguró que Santiago apoyará en la OEA toda iniciativa "que propenda al diálogo y al entendimiento" ante la situación en Venezuela, que consideró delicada.
Expresó que su país buscará el consenso en estas instancias y que la mayoría de cancilleres de la región coincide en la necesidad de "apoyar cualquier iniciativa que vaya en la dirección del diálogo" en Venezuela. "Hay que hacer todas las gestiones que sean favorables a que un pueblo hermano se pueda entender", añadió.
Nicaragua. La embajadora de Managua ante Naciones Unidas, María Rubiales, rechazó el anuncio del secretario general de la OEA, Luis Almagro, con respecto a Venezuela: "Es una posición total y completamente injerencista. Hay muchos países que tienen problemas, y en el caso de Venezuela hay toda una campaña en contra". La también vicanciller dijo que la posición de la OEA "es un paso más en esa campaña". El gobierno de Nicaragua es un aliado de Venezuela, ambos son parte de Petrocaribe y de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América.
Colombia. La ministra de Relaciones Exteriores, María Ángela Holguín, opinó que los venezolanos deben encontrar sus propias soluciones a la crisis, en referencia a la activación de la Carta Democrática. "Creemos en el diálogo entre venezolanos y los instrumentos que la Constitución venezolana tiene como es el caso del referéndum revocatorio".
Aseguró que los países miembros de la OEA deben "estudiar" y "mirar" la situación. En mayo pasado, la Cancillería de Colombia respaldó las gestiones de los ex presidentes de España y Panamá José Luis Rodríguez Zapatero y Manuel Torrijos, para promover el diálogo.
Chile. El canciller Heraldo Muñoz aseguró que Santiago apoyará en la OEA toda iniciativa "que propenda al diálogo y al entendimiento" ante la situación en Venezuela, que consideró delicada.
Expresó que su país buscará el consenso en estas instancias y que la mayoría de cancilleres de la región coincide en la necesidad de "apoyar cualquier iniciativa que vaya en la dirección del diálogo" en Venezuela. "Hay que hacer todas las gestiones que sean favorables a que un pueblo hermano se pueda entender", añadió.
Nicaragua. La embajadora de Managua ante Naciones Unidas, María Rubiales, rechazó el anuncio del secretario general de la OEA, Luis Almagro, con respecto a Venezuela: "Es una posición total y completamente injerencista. Hay muchos países que tienen problemas, y en el caso de Venezuela hay toda una campaña en contra". La también vicanciller dijo que la posición de la OEA "es un paso más en esa campaña". El gobierno de Nicaragua es un aliado de Venezuela, ambos son parte de Petrocaribe y de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América.
Fuente: EFE
0 comentarios:
Publicar un comentario